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¿Edición Abierta o Limitada?

¿Edición Abierta o Limitada?

Uno comienza haciendo fotografía para uno mismo. Avanzando en el tiempo surge la necesidad personal o la obligación social de compartir nuestras fotografías. Y entonces, consideramos que deja de ser un hobby y sacamos fotos para hacer obra, y al tener obra, nos convertimos en fotógrafos.

El hecho de mostrar nuestro trabajo, participar en exposiciones, ferias, muestras colectivas o personales y ante la inminente pregunta «Las vendés?» normalmente de un familiar o una persona que nos aprecia mucho, nos lleva a nuestra primer gran duda.

Y lo que era impensado en algún momento, se convierte en una realidad que hay que resolver. Si bien esa primer foto seguramente la regalamos, porque el solo hecho de que la quieran es suficiente gratificación para nuestro ego, en el futuro tenemos que decidir la forma en la cual vamos a editar nuestra obra.

Lamentablemente no hay nada reglamentado al respecto y todas las normas que puedan aplicarse se basan principalmente en la ética y honorabilidad del autor. Pero como todos nos consideramos éticos y honorables, vamos a analizar distintos puntos a tener en cuenta.

¿La edición de la obra, abierta o limitada?

Abierta significa que no tiene límites de producción. Es decir que una fotografía puede ser copiada/impresa y vendida la cantidad de veces que el autor quiera. Normalmente todas las copias tienen el mismo precio y carecen de un valor de reventa superior al de compra, principalmente porque el artista lo decidió así. Los coleccionistas de obra generalmente se mantienen al margen de la compra de una fotografía que puede ser más popular independientemente que el autor sea un fotógrafo muy reconocido ya que carece de un valor de reventa como dijimos anteriormente. Esta circunstancia se da principalmente en la fotografía digital, donde la primer copia es igual a la última, no tienen diferencias y no existe un trabajo artesanal en cada copia. En fotografía analógica normalmente se dan ediciones limitadas o copias únicas.

Edición limitada significa que de una fotografía se van a realizar un número determinado de copias, que normalmente no son más de 25, pero que el autor lo establece antes de vender la primera. Cuanto menos copias de una obra haya, mayor es el valor y el precio se incrementa a medida que se va acercando a la última de la serie.

La ética y honorabilidad del autor juega un rol de suma importancia y nos referimos específicamente a que debe ser muy claro en las características que dicha edición tiene. Esto significa por ejemplo, que una vez determinada la cantidad de copias que integran la serie, no se debería cambiar de opinión, ni imprimir o copiar más que las establecidas en origen , así se vendan más rápido de lo esperado. Su número podrá reducirse pero no ampliarse.

Hay que tener en cuenta que la edición limitada es más atractiva para los coleccionistas de obra por su valor de reventa y cualquier cambio posterior a lo establecido en un principio disminuye ese valor. Esto sería un desprestigio para el autor, resultando una decisión equivocada para ventas futuras. Los compradores de ediciones limitadas por lo general toman decisiones basadas en la cantidad de copias que forman la serie, por lo que un cambio en la cifra establecida sería una violación de su confianza.

No hay una cantidad ideal ni una cifra incorrecta. Tampoco se deben imprimir o realizar todas las copias (ya sea digital o analógica) en un mismo momento. Lo que sí hay que numerarlas, deben ser firmadas por el autor o por sus deudos. Al finalizar la serie, en el caso de fotografía analógica debería cortarse el negativo y adjuntarse a la copia y en el caso de la fotografía digital, debería destruirse o alterarse el archivo original.

El Artista vivo durante toda la edición de su obra, le da a la misma un valor especial por su participación personal. No obstante, de no terminarse la edición en vida del autor, la misma puede continuarse con la participación de los deudos de los artistas.

Todas las copias de la serie deben numerarse con un numerador y un denominador. El numerador indica el numero de copia que corresponde al total de la edición, representada ésta por el denominador. Ej..: 1/10; 2/10; 3/10;… 10/10.

A la cantidad establecida se le puede agregar pruebas de Artista o de Autor, cuyo destino será fijado por el artista, pudiendo editarse hasta un 10% de la cantidad definitiva de la serie. Llevaran la firma del Autor e identificadas con la denominación P/A y su numerador y denominador en números romanos. Ej.: P/A I/III; P/A II/III;…

También pueden existir pruebas de la obra fuera de comercio. Estas copias están fuera del circuito comercial, sólo pueden ser regaladas o donadas a personas o instituciones públicas o privadas. Estas deberán ser identificadas P/F.C con numerador y denominador en números romanos Ej.: P/F.C I/II; P/F.C II/II…

A los efectos de ser claros al establecer los parámetros de la serie, se deberá identificar en cada copia y en el certificado respectivo, el número de serie,  la cantidad de pruebas de artista/autor y las copias fuera de comercio que contiene la misma, si las hubiera. Ej.:. Serie 2/10 + 1 P/A. + 3 P/F.C

Tanto la prueba de Autor como las pruebas fuera de comercio, carecen de valor comercial por lo que es de suma importancia identificarlas como tal.

En el caso de fallecimiento del artista, los deudos solamente podrán continuar con las copias de las serie, sin poder imprimir copias de artista ni fuera de comercio.

Hay distintos autores que consideran que si la obra es copiada o impresa en un soporte distinto al del inicio de la serie o inclusive tienen distinto tamaño pueden pertenecer a una serie nueva. Nosotros no lo compartimos y salvo que se hagan reproducciones sin normas de conservación, sin numeración, tipo láminas/reproducciones, cualquier foto que se copie o imprima de una misma obra, corresponde a la serie determinada inicialmente.

Junto con la obra, se debe entregar un certificado de autenticidad, el que deberá contener el nombre del artista, nombre de la obra, datos técnicos, medidas de la obra, fecha de captura, de edición y del certificado, número de serie, cantidad de pruebas de autor y pruebas fuera de comercio. certificado obra dobleDeberá estar firmado por el artista y el responsable de la impresión, en el caso de copias digitales. Por otra parte deberá relacionarse con la copia, ya sea por una numeración, mediante la impresión de una miniatura de la imagen o con holograma numerado del fabricante del soporte.

En la obra deberán figurar los mismos datos, debiendo firmar solamente el Artista. Esta información se debe escribir con lápiz en el dorso de la obra y de poseerlo, se le aplicará un sello de relieve que identifique al artista. No obstante, debido a los nuevos sistemas de montaje (sobre dibond o sintra, ambos libres de ácido) esta información debería repetirse en el dorso del soporte. Inclusive, en estos casos, se aconseja dejar constancia del número de serie en el frente de la imagen en el lado izquierdo y la firma del autor también en el frente sobre el lado derecho. Algunos artistas incluyen estos últimos datos sobre un borde blanco que se deja como demasía a la copia en la parte inferior, debiendo tener cuidado de no ocultarse al enmarcarse con paspartú  o de no cortarse si es montada sobre algún material libre de ácido.

Si la copia es analógica, debe realizarse sobre un soporte de papel fibra, libre de ácido y mediante un proceso químico que aumente la longevidad de la obra, evitando su oxidación y por consiguiente el deterioro de la misma. (Baño con hipoclearing y toner de selenio, por ejemplo)

En cuanto a las copias inkjet de archivos digitales, también debe realizarse con tintas pigmentadas y soportes que garanticen una durabilidad superior a los 100 años, garantizando así al comprador el valor de la obra en el tiempo.

Debido a que estos sistemas de impresión han ido evolucionando, y a que las tintas pigmentadas y soportes fine art para impresión son posteriores al comienzo de la venta de obra de origen digital, algunos artistas están reemplazando obras vendidas por impresiones realizadas con la nueva tecnología.

El enmarcado debe ser bajo las normas de conservación y museología. Las mismas normalmente se cumplen cuando el enmarcado incluye un paspartú libre de ácido y la obra es montada también sobre paspartú de las mismas características u otro material libre de ácido, sin pegarla en su totalidad, simplemente adherida con esquineros o cinta de lino, ambos de PH neutro.

Si la obra no va a tener vidrio, debe contener un baño de barniz o fijador libre de ácido para la protección de la misma de los rayos UV, humo y humedad.

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Distintos fabricantes de soportes para las copias analógicas (Ilford) o impresiones inkjet (Epson, Canson y Hahnemühle) entregan un sello que garantiza el material utilizado y que el taller cumple con todas las normas de museología.

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Lamentablemente en Argentina, no existe la certificación de los talleres de impresión, siendo unicamente Hahnemühle quien permite incluir en la certificación de la obra un holograma con un número de serie cuyo registro se realiza en su página web, permitiendo de esta manera al comprador de una obra corroborar en cierta forma la autenticidad de la misma, si fue registrada oportunamente.

Si bien esta nota es orientativa y no obligatoria, en la medida que los fotógrafos le demos valor a nuestro trabajo, esto será de carácter traslativo, dándole un valor agregado a quien adquiera nuestra obra.

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